Una excusa. Un homenaje.
Durante miles de años, la pluma ha sido esgrimida como arma por la mitad de la humanidad para excluir, mortificar, ningunear y humillar a la otra mitad.
A lo largo de esto siglos, algunas mujeres (no muchas, en verdad) han logrado escapar de la ignorancia y el oscurantismo en el que centenares de años de reinado patriarcal las habían sumido. Con mejor o peor fortuna, pero siempre con un infinito coraje, todas ellas se enfrentaron a la autoridad establecida y tomaron la palabra, no para herir al contrario sino para hacerse valer, hacerse oír, con voz queda pero firme, por encima de imposiciones.
Este es un pequeño homenaje al trabajo y los esfuerzos de todas ellas. Mi corona de flores de palabras.
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